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miércoles, 12 de enero de 2011

Homenaje a María Elena Walsh

Un emotivo poema de María Elena dedicado a la memoria de Eva Perón

Publicado el 11 de Enero de 2011
 
En 1976, dentro de su libro Canciones contra el mal de ojo, la talentosa escritora puso su pluma al servicio del sentimiento que le provocaba la figura de María Eva Duarte de Perón.
 
No descanses en paz, alza los brazos
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.

No sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?

Quizás un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Eva Perón ante el pueblo argentino
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.

Cuando juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.

Tener agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.

Homenaje a María Elena Walsh - Nota de Galasso

Los argentinos vamos a tener otra ausencia sentida en la poesía, el canto y la creación cultural.
 
María Elena Walsh no va a crear más algo que nos vuelva a sorprender por su profundidad y belleza y sus creaciones quedarán incorporadas definitivamente al acervo popular de nuestros compatriotas de todas las edades.
 
A modo de homenaje les dejo una nota de Norberto Galasso donde reivindica para María Elena su papel de creadora de cultura nacional por si alguien tenía alguna duda 

“Siempre quise provocarla diciendo que sin saberlo hacía cultura nacional”

Publicado el 11 de Enero de 2011
Con la muerte de María Elena Walsh se apaga una importante expresión de la cultura nacional. Este reconocimiento va a provocar asombros y críticas por parte de muchos compañeros del campo nacional, pues ella fue una de las tantas escritoras de la Argentina que no entendieron ni quisieron tener nada que ver con los movimientos populares, en los que supuso autoritarismo, fascismo o cosas aún peores.
Pero ocurre, sin embargo, que la cultura nacional no se nutre solamente de aquellos afiliados al viejo yrigoyenismo o luego al peronismo, así como también muchos afiliados a ambos movimientos han producido obras lamentables que nada aportan a la cultura nacional.
Siempre tuve la intención de ir a verla un día –nunca nos tratamos– y provocarla diciéndole que hacía cultura nacional sin saberlo, como aquel personaje de Molière que escribía en prosa sin saberlo.
Seguramente hubiéramos discutido y no hubiéramos llegado a entendimiento alguno. Para quienes simplifican todo lo relativo a la cultura, tanto de un lado como de otro, enriquecen nuestro acerbo nacional sólo aquellos que acompañaban a las mayorías populares en su enfrentamiento con la oligarquía, puesto que siendo nacionales en política, deberían serlo en sus obras literarias o teatrales.
Sin embargo, no es así. Esta mujer de ascendencia irlandesa se hundió primero en lo más recóndito de nuestras provincias junto a Leda Valladares para rescatar lo más profundamente auténtico de aquel viejo aroma de la Patria.
Luego, tomó su rumbo propio y encontró su camino en la poesía, en las coplas para alegrar a los pibes o burlarse de los ejecutivos, para meterse con ‘el diablo inglés’ o fulminar a un oligarca en ‘Necrología’ y aportó valiosas composiciones nacionales aunque no se llegase a comprender los fenómenos políticos que le habían tocado vivir. Sorprende quizás, pero se reitera en muchos grandes de la cultura nacional.
Atahualpa Yupanqui, por ejemplo, es indiscutiblemente ‘el canto de la patria profunda’,lo que no le permitió, sin embargo, comprender un fenómeno sociopolítico tan importante como el peronismo.
Apenas se acercó algunas veces, pero el incorregible Perón terminó de espantarlo con un comentario rotundo: ‘Pero, escuchame negro, con esa cara, ¿cómo no sos peronista?’ Tenía razón El General pero no le cayó bien al ‘cantor de artes olvidadas’.
Caso semejante es el de Humberto Constantini, otro de los grandes poetas que por haber bebido en las fuentes contaminadas del codovillismo criollo no pudo entender jamás al peronismo, pero cuya obra es incuestionablemente nacional.
Los que se molesten por esta interpretación, podrán buscar alguna declaración de María Elena evidenciando simpatía por los Kirchner en los últimos años o recurrir a su poema dedicado a Eva Perón o aquel verso donde dice ‘el que te jedi salía al balcón’. Pero es tarea vana.
Aquí no juzgamos a la ciudadana Walsh en su definiciones políticas sino a la autora de una obra poética valiosísima, inclusive transgresora por momentos respecto a los grandes poderes de la Argentina reaccionaria, porque como señalaba Hernández Arregui, el terreno del arte es muy enigmático y en una misma persona se pueden encontrar muchos errores políticos producto de una conciencia influida por ‘la colonización pedagógica’ y sin embargo, al explayar sus emociones, reencontrarnos con su obra donde expresa en sus versos los anhelos y las alegrías del pueblo.