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domingo, 1 de abril de 2012

SAN FERNANDO: MI CASA por Carmen Espadas desde la AGRUPACIÓN AHORA MÁS QUE NUNCA



Hay un campo de trigo, y un señor mirando
como se mecen las doradas mieses,
ni pestañea, sólo concentra su mirada en un rincón del horizonte...
Este hombre siente que el aire es suyo,
que el sol es suyo,
que el rocío de la mañana es suyo...
Se vió dichoso por tener esas propiedades,
más que la perfecta casa que, por cierto, es suya también,
pero a esa la tiene que contar por metros cuadrados,
esta no...
esta se mide hasta donde su fe le permita imaginar...

En la espiga que cruje los sentidos al pasar,
encontró ese hombre un dolor sutil...
parecían quejarse ante el peso de sus 80 kg...
pero dedujo que sólo se quejaban, sólo eran quejas... porque mañana,
mañana seguirían ahí. Saldría a ese campo infinito y sabía que habría más,
mucho más, nunco tuvo problemas en compartir...
Ese don, recoge la silla y vuelve de camino a los metros cuadrados,
mientras la más valiosa d sus mercancías, seguía mecida por un viento caprichoso y, a ratos, llorica...

La lluvia llevó a ese señor, a uno de sus ataques filosóficos,
pensó para sí :
"qué poco tendríamos algunos si lo único que tuviéramos fuera lo que aparentemente tenemos"...

San Fernando es mi casa, traspasando el umbral de mi puerta,
comparto su sol, sus calles, su rocío... no quiero que nadie escupa en mi suelo,
quiero saber que las espigas, seguirán ahí mañana,...
que mis derechos como ciudadana, seguirán ahí mañana...
que podré seguir accediendo a una educación pública mañana...
que podré asistir a la Oficina de Derechos Humanos mañana...
que el trabajador, ese señor y yo... seguiremos con nuestra propiedad intacta...
San Fernando es nuestra casa... ¿cuándo le invité a comer Sr. Andreotti?...
no lo recuerdo...
usted no trata bien mi casa, porque las espigas que usted pisa... no están mañana...
y los derechos que usted ataca... no están mañana...
la democracia es el cielo que viste nuestros paisajes... deje de borrar lo mejor que tenemos...

El señor de la silla, trescientos cincuenta empleados despedidos, un sector que confió en usted y ya no confía... todos los ciudadanos que confían en la democracia... y yo...
le recordamos que está en casa de todos, no en la suya... y que las personas no somos propiedad de nadie...
¿cuándo le invité a pasar Sr. Andreotti?...
no lo recuerdo...

Carmen Espadas (desde la Agrupación Ahora Más Que Nunca)

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