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martes, 5 de julio de 2011

MAL FIN DE SEMANA PARA SAN FERNANDO

La muerte de Leonardo Reyes como resultado del ataque de un grupo de jóvenes, actualiza el drama social del uso de  la violencia  como forma de dirimir entre ellos, la diversidad de opiniones o la lógica conflictividad de la relaciones grupales.

Sería muy fácil caer en el consabido “menú” de explicaciones excluyentes de alguna responsabilidad social o colectiva en el clima de violencia en el que viven y se relacionan jóvenes de distintos sectores sociales: la “droga”, las “juntas”, padres permisivos, las familias desestructuradas, la sociedad que no los contiene, etc, etc.

Sin embargo creo que cada vez que nos autoexcluimos, como personas o grupo, más lejos está la posibilidad de construir algunas alternativas colectivas que permitan visualizar a los jóvenes que hay otros modelos de conducta y relación que excluyen a la violencia.

Y así como nadie puede decir que no es parte de la construcción social en la que la violencia casi es aceptada como una forma de relación “natural”, especialmente entre los jóvenes, tampoco se  puede pasar por alto la responsabilidad de la corporación periodística y deportiva en la creación de climas de violencia.

¿No es violencia, concebir como espectáculo a dos tipos “sacados” peleándose a los gritos por un penal mal o no cobrado?
¿Y no es violencia (ilegal) ceder a los canales de TV imágenes de las cámaras de seguridad de una ciudad, para repetir una y mil veces la conducta violenta?
¿No es violencia tratar de utilizar políticamente un hecho que muestra todo el trayecto  que le queda por recorrer a la sociedad para vivir con mayor grado de convivencia y sin violencia?

Que se haga justicia con la muerte de Leonardo Reyes y que practiquemos la memoria con esa muerte para no excluirnos de ninguna acción pública que ayude a crear otro clima en la relación entre los jóvenes.
No cabe duda que desde la militancia política, en sus más variadas formas, hay mucho para aportar en la comprensión del problema y en la búsqueda de modelos de vida que conmuevan a los jóvenes a construir su propio futuro sin violencia. 

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